En una época en la que la inseguridad se ha vuelto el principal tema de preocupación para gran parte de los argentinos, el hecho de notificarla a los encargados de combatirla se ha vuelto una tarea casi imposible.
En teoría, la denuncia debería constar de unos pocos pasos: informar al personal policial, relatar los hechos y confirmar la redacción. Luego serán los uniformados los que se ocupen del asunto.
En Argentina, esta tarea que parece sencilla se vuelve mucho más complicada. Según Marta Rofrano, quien ha concurrido a la comisaría de San Antonio de Padua muchas veces por asaltos a sus hijos, algunas de las dificultades con las que se encontró fueron “la falta de capacidad y mala predisposición del que atiende”, o el consejo del personal de que "en vez de una denuncia se haga una exposición por extravió” en el caso de los robos, concluyendo en que “principalmente, se evita que se haga la denuncia”.
Paula Skudin también nos cuenta su experiencia. “No querían tomar la denuncia aduciendo que, como el delincuente era un menor, no podían hacer nada, que la victima no podría identificarlo, y pusieron algunas trabas como la de obligarnos a presentarnos en reconocimiento médico a pesar de aclarar no haber sufrido heridas ni haber tenido contacto físico con el delincuente”.
A pesar de ser el único método oficial, la denuncia no es la única manera de notificar un delito. Se han creado grupos en Facebook, la red social más grande en Internet, en los que los miembros opinan sobre diversos puntos relacionados con el tema (como la baja a la edad de imputabilidad, o la pena de muerte) además de informar sobre las zonas en las que mas delitos se cometen.
Estos métodos parecen efectivos para adolescentes o personas capacitadas y en condiciones para usar Internet, pero estos requisitos dejan afuera a una gran cantidad de personas. Al volver a consultar a Rofrano y Skudin, quienes rondan los 50años de edad, coinciden en que no tienen idea de cómo usar una computadora, por lo que estos métodos alternativos les resultan totalmente inútiles. Además, recuerdan que una gran cantidad de personas no está en condiciones económicas de acceder a una computadora conectada a Internet y utilizarla.
Así como adultos y sectores económicamente bajos no pueden acceder al método de denuncia alternativo (que además no tiene consecuencias judiciales), adolescentes y niños no son aptos para el método tradicional, ya que de acuerdo a la actual legislación, para realizar una denuncia se debe ser mayor de 18 años. A pesar de esto, el personal que recibe a los “denunciantes” debería hacer todo lo posible para recibir la denuncia, como por ejemplo comunicarse con un juzgado de menores o con los tutores de los niños. Ayelen Amato, de 16 años, cuenta cómo los policías de la comisaría 23 de Palermo contradicen totalmente estos deberes. “Luego de ser asaltados en una de las plazas de Palermo, cerca al monumento a los Españoles, fuimos a la comisaría mas cercana a ver si nos tomaban la denuncia, pero al llegar, los policías se burlaron de nosotros. El encargado de tomar la denuncia dijo `no voy a tomar 11 denuncias. No tengo ganas de trabajar´, mientras que otro de los oficiales nos dijo que no éramos aptos para efectuar una denuncia y que nos fuéramos a casa, mientras 4 de mis amigas lloraban al lado suyo”.
Al preguntar a nuestras fuentes su opinión sobre la imposibilidad de los menores a realizar una denuncia, concluyeron en que no están de acuerdo, y aclaran: “hay que escucharlos, contenerlos, no burlarse, tomarles declaración y comunicarse inmediatamente con un mayor responsable. El no cumplir con esto, contribuye al descreimiento de la autoridad”.
Por: Sotelo - Urcola M. - Santangelo - Urcola J.