domingo, 24 de octubre de 2010

Pasión por el arte. Entrevista con Alberto Julio Álvarez



El arte de la pintura brinda la libertad de expresión sin límites. “Lo bueno del arte es que no tenés un techo porque podés usar lo que se te ocurra”, afirmó Alberto Julio Álvarez, un artista plástico de Villa Ballester. Tiene 56 años y cuenta que desde niño comenzó a dibujar y luego fue perfeccionándose a lo largo de su crecimiento.
Para Alberto nunca fue difícil ejercitar su imaginación, no lo necesitaba, era natural dibujar. “Desde muy chico tenía la capacidad de imaginarme yo adentro de un mundo cualquiera, lo inventaba yo, no tenía ni siquiera que dibujarlo” confiesa.
También comenta que utiliza diferentes técnicas, para darle diversos efectos. Se basa en el surrealismo, ya que puede lograr algunos puntos de vista en particular. A si mismo afirma que exhibe sus obras, y que en todo momento es apoyado por su familia.
¿De qué forma fueron sus comienzos al acercamiento del arte?Tenía cinco años más o menos. Lo que empiezan a hacer los chicos, a pintar, a dibujar. Yo tenía ocho años y eran tantas las ganas que tenía de dibujar, que en la escuela dibujaba hasta los problemas de matemática que me daban. Era un pibe insoportable, todo el día pintando, pintaba las paredes y lo que encontraba. Hasta que mi vieja me dijo: Bueno te mando a un taller. Bueno ahí empecé en un taller que era de un pintor cordobés que se llamaba Rivolta, un hombre que hizo toda la producción acá pero las vendió en Alemania, prácticamente su casa actual es un museo. Con la hija de este hombre yo comencé a pintar. Era una escuela, más que nada era un taller escuela, donde se empezaba desde barrer el taller hasta armar todas las telas, y como se fabricaban los olios, digamos toda la cocina del arte la aprendí ahí.
Alberto comenzó como dibujante, aunque a lo largo de su vida hizo cerámicas, esculturas y talla en madera. Le gustaba la gama acromática (blanco y negro) hasta que a los doce años probó con el color y observó que con los mismos tendría más posibilidades.
En sus técnicas y elementos utiliza principalmente el oleo (aceites que se combinan con otras sustancias hasta obtener un producto para la pintura), ya que a esta técnica la conoce perfectamente. También le coloca variantes y aplica diversos materiales para lograr el efecto que desea, por ejemplo en una de sus obras utilizó palos para lograr el resultado que no se podría obtener con los pinceles. Y explicó que con una sola técnica habría que hacer lo que la misma dice. “Si sos muy técnico perdés la capacidad plástica y creativa de la obra, o sea la obra queda como dura. Y cuando uno ve la obra de un pintor se nota cuando es un técnico y cuando no es tan creativo y suplanta la creatividad con la técnica”.
Aunque comenzó sus obras con el modelo figurativo, actualmente utiliza el surrealismo, porque le permite representar aquello que no tiene un razonamiento lógico.
Participó y participa de exposiciones, pero es algo que lo incomoda y le produce nerviosismo, le costó mucho hacerlo. Confiesa “Yo una vez que los cuelgo, no los veo como míos, hasta me parecen distintos, que los pintó otro”. Él encuentra detalles que son inconscientes y aparecen en la mitad de la obra porque intentó modificar algún error. Igualmente en todas sus pinturas conserva algunos detalles para realizar otra, logrando un efecto de continuidad de las mismas. Actualmente las exhibe una vez por año, pero cuenta que tiempo atrás era más seguido debido a que le dedicaba más tiempo.
El artista cree que observando la manera en que fueron realizadas otras obras puede aprender de ellas. “Fui a ver a una pintora y le digo que tiene que pensar como eso que pintó y expuso, ella me dijo que lo hizo limpiando la paleta y eso es cuando uno trabaja con libertad”. Además de exhibir sus cuadros, tuvo participación en el libro “La herradura del Centauro”, de un escritor cordobés, en donde ilustró la portada y realizó los dibujos de alguno de sus cuentos.
Aclara que siempre incluye alguna técnica de otro artista en sus obras porque admira a muchos de ellos. Le gusta el arte que estos compusieron como por ejemplo Marc Chagal “Me gusta, quizás no la figura sino la magia con la que la creaba, no le importaba si lo que hacía era infantil y son cosas inocentes casi digamos de un chico de cuatro o cinco años” observa. También Dalí y renacentistas, tales como, Velasquez o Rafael, Tiziano y Toretto.
Alberto trabaja sus obras en la noche, para poder concentrarse en ellas. “No tengo un momento especial, normalmente me gusta mucho trabajar de noche porque nadie me molesta o muy a la mañana que todo mundo duerme”. Luego de terminarlas, aparece el nombre “Surgen cuando ya veo la obra terminada porque empiezo a hacer una cosa y termino haciendo otra”.
El mismo comenta que era muy creativo a la hora de inventar sus obras. Las imaginaba en su mente, pero luego pensaba en como volcarlas en una hoja de papel. Tenía una gran imaginación, algo muy fácil para él, que tal vez a otras personas, les resulte difícil. Por cualquier motivo el dibujaba, todo tenía una motivación. Además le costaba comunicarse con las personas, y a través de la pintura, Alberto, podía expresarse. “Yo tenía un problema de comunicación, no me gustaba hablar con la gente, entonces, si le quería decir algo se lo dibujaba. Por eso mi capacidad imaginativa había crecido mucho”. De esta manera pintaba sus obras, pero no las realizaba para alguien en especial, la obra era de él y si a algún amigo le gustaba, sólo se la regalaba. “Uno pinta para uno después el cuadro para otro es otra cosa” afirma.
Por un problema personal, él tomo la decisión de enseñar para poder despejar su mente de aquella depresión. Inició dando clases a los jóvenes, pero estos le dedicaban poco tiempo y lo que restaba, de la clase, se la pasaban jugando. En consecuencia determinó ofrecer la oportunidad de aprender a aquellos que quieran y posean la voluntad de abrir su mente hacia el arte;”Me interesa la gente que quiere aprender porque está más inclinada al arte, más que entretener” añadió.
Pensó que no tenía la capacidad suficiente para lograrlo, pero luego observó que al tener contacto con sus alumnos, pudo establecer una comunicación de amistad, permitiéndole saber qué le ocurría a cada uno de ellos y resaltó “En las obras se reflejan lo que le pasa la gente en la forma de pintar, yo sé cuando un tipo está mal, por alguna pincelada”.
• ¿Cree que la pintura es la mejor forma de expresarse? ¿Por qué?
Sí, porque es lo primero que aprendés, aprendés a hacer monigotes, por ejemplo cuando vos cantás, termina la canción y no queda más nada y cuando pintás, lo terminás y cuando se lo das a tu mamá, lo pega en la heladera. Para mí es muy importante a nivel expresivo, no porque yo lo haga, sino porque lo tengo conceptuado de esa manera. De esa forma se rescató la historia de la humanidad.
A continuación describió que sus representaciones pictóricas son realizadas con pasión y dando lo mejor de él. Al finalizarlo se siente un poco agitado y con cierto cansancio, debido a que se expresa mucho en ellos. De este modo especifica “Meto todo adentro de la obra, porque con el cuadro yo converso, lo puteo, lo tacho, he llegado a romperlo; o sea vivo mucho a la obra”.

Lancuba-Oddo (2º 1ª)

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